Hace tiempo me enamoré de MongoDB; era la base de datos por defecto para todos mis proyectos. El status quo cambió cuando decidieron cambiar la licencia (perdiendo el soporte de las principales distribuciones Linux), y cuando decidieron requerir extensiones AVX en el procesador, limitando los entornos virtuales en los que ejecutarlo.
Tras cambiar de oficina en mi trabajo, vuelvo a tener el dudoso honor de trabajar tras un proxy. Como viene siendo habitual, me puse un servidor Virtualbox con Debian para disponer de las opciones que una máquina auxiliar me ofrece, pero no fue hasta instalar Docker que estalló el desastre.
Tenemos en el trabajo uno de esos enginjerks que lanzan acciones random para justificar su trabajo. Cortó el acceso a Dropbox, en donde tengo cosas útiles para mi trabajo. Harto de encender los datos móviles de mi móvil para ir sincronizando ficheros, me he montado un proxy SOCKS para mí.
El otro día recibí una petición algo atípica en mi trabajo: querían activar y desactivar en un único punto centralizado cada una de las varias APIs que tenemos. Se trata de poner un nginx frontal que gestione los virtualhosts existentes y haga proxy_pass o no en función de un flag.