Como el número de direcciones IPv4 empieza a escasear, es una práctica habitual utilizar varios dominios para una misma dirección IP. Con HTTP normal lo llamamos virtualhosts y es relativamente sencillo; la cosa se complica cuando estos dominios funcionan por HTTPS y hay que servirlos usando certificados distintos.
Como ya vimos en un artículo anterior cada instancia de Ghost necesita una combinación de dirección y puerto distinta. Esto supone un problema porque la pesadez de indicar el puerto en el navegador. Podemos poner un único servidor Nginx que redirija las peticiones de forma transparente según el dominio pedido.
Algunas veces tenemos que montar servidores web que responden con distinto contenido dependiendo del dominio. En estas ocasiones, es posible usar un servidor DNS local o incluso resolviendo los dominios mediante el fichero /etc/hosts. Sin embargo, hay una forma fácil, elegante y que no requiere modificar configuraciones del sistema.
Acabamos el artículo anterior de esta serie con las aplicaciones corriendo en sus respectivas máquinas. En este artículo vamos a poner una fachada a todo el sistema, mediante un proxy HTTP que haga las funciones de terminación SSL y de balanceador, exponiendo todo el sistema en una sola dirección IP.